Arriésgate.

Se dice, que sobre los 20 años. Tu corazón ya ha hecho una media de 745 trillones de latidos por segundo. Que cuanto más creces, menos miras al cielo.
Que te has enamorado unas 10 veces, has suspirado unas 30 mil. Y has dejado caer unas 850 mil lágrimas. Supongo que nadie dijo que fuera fácil. Y es que a veces, cuando tu mundo se gira del revés: ¡HAY QUE HACER LA INVERTIDA! Por eso, cuando sientas que vas a caer. Continúa. Cuando nadie crea en ti. Continúa. Cuando sientas que no sirves para nada. Continúa. Y continúa siempre que creas que queda un motivo por el que luchar. Que tu destino está a un segundo de distancia. Y justo ahí, está la diferencia entre ser feliz o no. Estás todos los días a un instante de cambiar tu vida para siempre. Para bien. O para mal. Para ser feliz o para llorar. Un: Se ha marchado al cielo, un ya no te quiero, un no te olvido, un te has equivocado. Frases simples y rápidas que cambian el transcurso de tu vida para siempre. Pero, ¿Y tú? Si ahora fuera el último segundo de tu vida, ¿A quién te gustaría abrazar? Si las cosas fueran tan mal que solo pudieras tener un último abrazo, ¿de quién sería? Coge tu teléfono y dile! Dale las gracias, por estar siempre a tu lado. En las buenas y en las malas. En cada aventura. En cada tropiezo. En cada triunfo y cada batalla. Por no aparecer solo cuando el sol salía por la ventana. Por eso, arriésgate a ganar. Porque alguien que hace infinito tu límite, es alguien que pilla por los bordes tus inseguridades. Los desdoble y te dice: -¿Ves el horizonte? Parece un precipicio, ¿verdad? Pero tu sabes que no todo es lo que parece. De hecho, si en vez de mirar la orilla llorando, te tiras mar adentro, nadando a contra corriente. Verás que hay muchos km más allá de donde crees finitas tus posibilidades. Que estar solo es muy jodido. Nadie debería nunca estar solo. Aunque estar solo, no es lo mismo que sentirse solo. Por el miedo a fallar nunca quisimos jugar. Y nunca perdimos. Pero tampoco ganamos. Tienes que tener valor. Valor para creer en ti. Creer en tu verdad. Defenderla con uñas y dientes. Sé valiente. Sé tú. Y arriésgate a ganar. No te falles. Continúa. Camina y sigue. Que yo estaré a tu lado para levantarte el día que vayas a tropezar. Y si algo quiero en el mundo... es llamarte hoy, a ti. A la última persona que quiero abrazar.

¿Te atreves a leer esto?

Tengo que preguntarte dos cosas.

La primera si te quieres, hoy, aquí, ahora, sin pensarlo, sin nada que te cubra.

La segunda si ayer también lo hacías, si serás capaz de hacerlo mañana.

Quiérete mucho, y hazlo porque sí, con ganas hasta quedarte sin aliento, confía en ti y lucha. Sé que es lo típico, pero de todo se sale,  tarde o temprano se van las nubes y aprendemos a bailar bajo la lluvia.

Ámate mucho. Que toda esa gente que te dijo un día que no podías se quede hoy con la boca abierta. Que les des una lección, que beses los "no puedo" y les mimes hasta que se duerman.
Haz tus sueños posibles, y llora, porque llorar no es malo, es más, me atrevería a decir que es necesario llorar de vez en cuando para que la angustia no se clave.

Quiero que pienses el instante más feliz de ti vida, en esa o esas personas por las que treparías a la Luna, en esa meta que ves inalcanzable.
Recuerda que nada es imposible, sino improbable, pero como escuche una vez; "si hay una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo"

Pega patadas a los miedos, acuéstate con la alegría, un revolcón a media noche basta para seguir luchando por la mañana.

Ámate mucho y de verdad. Quiere tu esencia, tu cuerpo, tu mente y tus proyectos.Y lo más importante, cuando todo venga cuesta arriba, cuando los lobos no quieran ni aullar y el sol se haya quedado dormido, escucha esto, escúchame.
Porque el día que sepas valorarte las estrellas lloraran de alegría un terremoto te comer a la autoestima y serás libre

libre y feliz, feliz y valiente…
Qué bonito suena eso.

11:11

Cómeme los miedos y vomita poesías en mi espalda.

Acaríciame como si quisieras arrancarme la ropa de un mordisco.

Atrevéte a mirarme a los ojos, sin ponerte nervioso

Bésame.

Deja que te examine de arriba abajo para después suspirar.

No tengas miedo de decirme que esa falda ajustada que llevo es tu favorita.

Quiero tocarte el pelo, agarrarte los pulmones para demostrarte que sin mi no puedes respirar.

Que quizás se te haga cuesta abajo la vida si no me ves pasar por tu ventana.

Bésame,

No dejemos que el miedo se apodere de la carne, ni del músculo ese que tenemos en el pecho.

Que aprendí a patear mis pesadillas sin darme cuenta.

No soy una cobarde, así que bésame.

Bésame porque me da igual lo que pase después,

Que si vuelves o te vas ya será cosa mía.

No quiero cobardes en mi vida.

También aprendí hace tiempo que si todo pasa es por algo,

Que si pierdo el bus es porque debería ir en bici,

Que si me caigo es porque debería estar rebozándome en los charcos.

Bésame.

No te lo voy a repetir más veces. Sé que quieres.

No dejes que la mente maquine demasiado, no dejes que las normas se te anclen a las costillas, porque no quiero cobardes en mi vida.

Dejarse llevar es una buena y bonita e idea, te digo yo que no mucha gente lo hace. Piensan demasiado, se cohíben, y yo solo quiero ahora mismo comerte el cuello.

Porque me da igual todo.

Que mis piernas bailan solas sin darles cuerda, porque solo piensan en subirse encima de ti.

Bésame, como si fuera la última vez aun sabiendo que volveremos a vernos.

Porque te tengo la comida preparada y está sobre la cama.

No quiero gente cobarde en mi vida.

Así que bésame.